sábado, 5 de febrero de 2011

Dinámica del frívolo


Resulta curioso detenerse por un instante y observar alrededor. No suena sino un bolígrafo cortando un aire estanco, cuando todo un ingente conjunto de puntos negros ya se posa sobre ti. Es la terrible mirada de una concentración desvelada, la pausa al constante devenir de cifras y letras translúcidas. Mientras ahogas un severo arrepentimiento, procedes a buscar lentamente el útil del escriba entre el sonado madero. Alzas la vista y contemplas como el murmullo revolotea encadenado por la estancia. Prodúcese el incesante forcejeo de la silla que se retrasa. Tu sedente aliado se molesta. Por aquí has de verte sorprendido hasta por el observador observado. Los laptops no hacen más que redundar en la entrada, la escapada y el espacio y sus dueños tienen cara de tramar ardides colegiales. Ellos ríen mientras sus apuntes lloran desmemoriados. Cae un chorro aurífero sobre todo inmóvil y palabreos precipitan su huida al mundo de las ideas, donde el libro se hace esencia y el estante queda preso del vacío de hacedores del ayer. Alerta! Alguien llama a la innovación cuando tienes tan presente una Reforma del pasado. Los monjes se revuelven en el coro, pues perturbas la sacralidad de su oración. Oran, mas no laboran. Memorizan, pero no saben. Soy la guardia del Conocimiento. Mis amigos se han marchado porque no me ven.

No hay comentarios: