domingo, 25 de abril de 2010

Adiós al silencio

Y sucedió que la voz de los silenciados se dejó oír. Al fin, no entre lágrimas y llantos, sino entonando los cantos de gloria por la verdadera justicia. Lo ocurrido ayer, 24 de abril de 2010, pasa a la historia como el día en que las víctimas del yugo franquista tomaron un día de ventaja. Sus hijos, nietos, bisnietos… se echaron a las calles con el único fin de defender a una persona que ya es sinónimo de “recordar”, el único valedor capaz de rescatar del pasado, enterrado en una fosa común, a nuestros muertos. Personalmente, he de “agradecer” a Falange Española que contestara mi carta. Qué presteza y qué sentimiento puesto en cuatro míseras líneas:

Estimado Pablo:
Agradecemos el envío de este escrito con pretensiones literarias. Sin duda refleja su escaso conocimiento de José Antonio Primo de Rivera y de la historia y presente de FE de las JONS.
Muchas gracias.


Poco sentido de la caballerosidad, sin duda. En cambio, yo no escatimo en argumentos cuando de injusticia se trata. Hablaba, hace unos días a la hora del almuerzo, con el “camarada” Giménez de Tesada sobre la Iglesia, Partido Popular, Falange y tradicionalismo español cuando reparé en qué pretendía decirme: “en Falange todos están mal de la olla”. No me contaba nada nuevo, pero viniendo de él, alguien que juega a tres bandas ideológicas y las mete en un mismo saco, significaba que no daba un duro por la credibilidad de los falangistas. En esto de la defensa de Garzón parece que mi carta había calado hondo, y no pretendo ser ambicioso, pero es que Falange es incapaz de dar una batalla por perdida porque huye antes de enfrentarse. Aquí os dejo la reproducción de mi carta:

Ourense, 18 de abril de 2010

Jefatura Nacional de
Falange Española de las J. O. N. S
C/ Fernando Garrido 16 1º - 28015 –
Madrid - e-mail:
falange@falange.es

A quien pueda interesar:

“Para defender un ideal no hace falta sentirse bien acompañado. Mejor compañía que la de las ideas puras no se ha de encontrar”.

Estas palabras de José Antonio Primo de Rivera, bien conocidas por todos vosotros, se agolpan ahora en mi cabeza como un eco del pasado que intenta manifestarse y quiere dar lugar a la interpretación. Y como de José Antonio se ha escrito y hablado mucho, pero no criticado (al menos por vuestra parte), encuentro en la frase de introducción una paradoja temporal perfecta para su discusión, más aún con los días que corren.

No seré yo quien os revele un nuevo secreto del Fundador, ni tampoco un hagiógrafo que venere su obra, mas “para defender un ideal” no necesito de sus palabras providenciales. La frase describe a José Antonio en su faceta más comprometida con España. En sus declaraciones a La Noticia del 25 de agosto de 1933 (publicadas del mismo modo en La Nación), José Antonio justifica el Estado autoritario y critica el liberalismo económico. No había ni fundado Falange Española, cuando ya apuntaba hacia el fascismo mussoliniano como forma de defender el ideal de Estado-Patria. Atendiendo al contexto en el que José Antonio se pronunció, caemos en la cuenta de que vivía una época que para muchos fue convulsa y que para otros supuso una verdadera puesta a prueba del ideal democrático. Fiel defensor de la obra de su padre, aunque levemente crítico con él, al Ausente le dará tiempo a tan sólo debutar en el terreno político. No llegan ni a marchitar sus ideas cuando es fusilado un 20 de noviembre de 1936. Si su ideal llegó a aflorar, fue devorado por el gigante e incombustible tradicionalismo católico español. Muerto José Antonio, ¿qué queda de éstas, sus palabras?

Asistimos hoy a un espectáculo llamado Caso Garzón, un proceso judicial en contra del juez estrella de la Audiencia Nacional por sus supuestas extralimitaciones al querer investigar los crímenes del franquismo. Vosotros, los querellantes junto con Manos Limpias, habéis dado lo que se conoce en estatuaria como un falso paso. Falso, porque falsa es vuestra intención. Con esta querella, no pretendéis impedir que se investiguen aquellos crímenes cometidos por los franquistas a lo largo de la guerra y toda la dictadura. No, pretendéis encontrar en vuestra causa la continuidad que ya os negó la Historia como adalides de los viejos valores. Falso, porque falsa es vuestra trayectoria. Habéis olvidado los avatares sufridos por vuestro camarada Hedilla, os habéis desentendido de las atrocidades de la retaguardia falangista y, encima, habéis practicado el voto de silencio durante gran parte de la dictadura, cuando Franco destruía la Falange con la Unificación y todos cantabais al unísono el “Cara al sol”, traicionando así a vuestro Fundador. Sois los herederos perfectos de Girón de Velasco y Fernández Cuesta, seguís conformando la Falange Española Tradicionalista de las J. O. N. S, siempre velando por el buen nombre del Caudillo y su obra. Decís que no sois fascistas, pero vuestras señas de identidad os delatan. Si Baltasar Garzón es tan culpable como creéis que es, si el juez Varela y todos sus colaboradores han de condenarlo por “listillo”, si tan peligroso consideráis que es, entonces, ¿cómo es posible que a una sola persona que “para defender un ideal” no echa en falta “sentirse bien acompañado”, sino que disfruta de la única compañía “de las ideas puras”, le tengáis tanto miedo y pavor? ¿Es que acaso no os llega con la “sangre vertida” por José Antonio como para desistir en vuestras “discordias civiles”?
No valdrá Ley de Amnistía alguna para impedir condenar vuestros crímenes. Por encima de eso está la España que una vez violada y marginada se levanta ahora para romper pactos de silencio.

Supongo que es como todo en esta vida, el zorro que se siente acorralado enseña sus fauces y falanges al cazador cuando está a punto de apretar el gatillo. Un último alarido será la señal del término de su decadencia.

Sinceramente
Pablo Cid Couce

En resumen, la jornada de ayer fue la del silencio que habló por fin. Lo hicimos por Garzón, pero realmente lo estábamos haciendo por todos aquellos que por causa de una idea fueron vilmente asesinados, por nosotros, por el futuro y por una justicia capaz de condenar tales crímenes contra la humanidad. Bien es sabida la falta de madurez de la democracia si no hace frente a sus fantasmas y si su pasado embarazoso queda en un silencio perpetuo.
Falange y Justicia lamentable, Partido Popular y Espe aún más…