domingo, 28 de diciembre de 2008

Informe de la situación



Tras este escrito no me culpen por lo que pienso, pues es un reflejo de la imagen que estamos dando. Sí, hablo de nosotros, "jóvenes adultos" que buscan las experiencias de toda una vida en un sólo fin de semana.

Nosotros, que vestimos ropas adecuadas para la ocasión especial y damos fin a nuestros pasos en el inodoro de cualquier pub haciendo gran esfuerzo por mantener la cabeza en su sitio, mientras el compañero que se encuentra detrás intenta darnos ánimos para expulsar todo el residuo etílico que llevamos dentro.

Nosotros, personas confiadas por naturaleza, que hacemos amigos nocturnos teniendo la certeza de que hacemos acto social cuando en verdad nos llevamos a los labios el veneno líquido de la apariencia y articulamos palabras huecas.

Nosotros, que en la noche venidera auguramos una porción de comprensión, que sustituido por una sucesión de sonidos incomprensibles, más parecen salidos de la boca de un animal que de una persona.

Nosotros, ciegos que deambulamos por las calles, ebrios de pasión por el contacto cuerpo a cuerpo, parejas casuales, imprudentes, que comparten lecho "sin seguro" para despertar en una mañana confusa, llena de interrogantes.

Nosotros, esos frívolos de conversación vanal, perdidos entre frases que adivinan un atisbo de inteligencia, pero que se desvanece en cuanto limitamos la temática, pues se ve reducida al absurdo de los estudios, el alcohol, las drogas y las fiestas... deprimente.

Nosotros, vecinos de escalera que hacen burla con la sóla prueba de un defecto, críticas destructivas contra la lucidez y la inteligencia, que nos reímos sin descanso al hacer balance de la cultura individual pero que tornamos serios al instante de ser cuestionados acerca de la nuestra.

Nosotros, en los que reside la audacia del autoanálisis, que podemos disfrutar de nuestras noches y bebidas como personas y no como "ignorantes".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vivimos en una sociedad en la que el consumo de
alcohol está relacionado con todas las actividades
sociales y culturales. Incluso se nos informa a través
de los medios de comunicación de que el consumo
de alcohol es beneficioso para nuestra salud, siempre
que sea en cantidades moderadas, hasta el punto
de que equipos médicos de este país se han planteado
elaborar un medicamento derivado del vino tinto
para el tratamiento del cáncer de colon.
Nuestra cultura potencia el consumo de alcohol, por
lo que no es de extrañar que derive, especialmente
entre los adolescentes, hacia un consumo alcohólico
cada vez más exacerbado y en edades cada vez más
tempranas, con los consiguientes efectos negativos
en el desarrollo personal y social de los jóvenes.
Aunque se trata de la sustancia que genera más problemas
sociales y de salud, es objeto de una gran
tolerancia social.

¿Qué debemos hacer entonces nosotros, jóvenes del mundo, cuando por un lado nos dicen que el beber alcohol está bien en ciertas ocasiones de nuestra vida??

¿Debemos echar también la culpa de esto a los gobiernos o porque no apuntar directamente como culpables a la educación recibida por padres y profesores??